El concentrador de oxígeno es un dispositivo médico diseñado para proporcionar oxígeno suplementario a personas que lo necesitan, ya sea en el hogar o en entornos clínicos. Este equipo es fundamental para aquellos que padecen de enfermedades respiratorias crónicas, como la EPOC o la fibrosis pulmonar, ya que les ayuda a respirar de manera más eficiente y a mejorar su calidad de vida en general. Los concentradores de oxígeno suelen ser compactos y portátiles, lo que los hace ideales para su uso en diferentes situaciones. Estos dispositivos funcionan extrayendo oxígeno del aire ambiente, purificándolo y suministrándolo al usuario a través de cánulas nasales u otros dispositivos. Es importante tener en cuenta la capacidad de flujo de oxígeno del concentrador, que se mide en litros por minuto (LPM), así como su nivel de concentración de oxígeno, que se expresa en porcentaje. En cuanto a las variaciones de los concentradores de oxígeno, es importante mencionar que existen modelos estacionarios y portátiles. Los concentradores estacionarios suelen ser más potentes y están diseñados para un uso continuo en el hogar, mientras que los portátiles son más ligeros y compactos, ideales para llevar fuera de casa. Además, algunos concentradores ofrecen funciones adicionales, como monitores de oxígeno integrados o baterías recargables, que los hacen aún más versátiles y convenientes para los usuarios.