El detector de mentira es un dispositivo electrónico diseñado para detectar posibles engaños o mentiras a través de la medición de diferentes parámetros fisiológicos como la frecuencia cardíaca, la presión sanguínea, la respiración y la conductividad de la piel. Este dispositivo es ampliamente utilizado en aplicaciones de seguridad, interrogatorios y pruebas de integridad en diversos ámbitos como la aplicación de la ley, recursos humanos y servicios de inteligencia. El detector de mentira más comúnmente utilizado es el polígrafo, que consta de varios componentes clave como los sensores de pulso, los electrodos de piel y el registrador de datos. Estos dispositivos son capaces de medir con precisión las respuestas fisiológicas del individuo durante un cuestionamiento, lo que permite a los operadores determinar la veracidad de sus respuestas. Los polígrafos suelen tener una tasa de precisión bastante alta, aunque su uso puede variar según la legislación de cada país. En cuanto a las posibles variaciones de los detectores de mentira, existen modelos más avanzados que incorporan tecnología biométrica y algoritmos de inteligencia artificial para mejorar la precisión de las pruebas. Estos dispositivos pueden ofrecer análisis más detallados y personalizables, así como una mayor portabilidad y facilidad de uso. Además, algunos detectores de mentira modernos pueden conectarse a dispositivos móviles para facilitar la recopilación y el análisis de datos.