Las placas Petri son un elemento fundamental en laboratorios de microbiología y biología, ya que permiten el cultivo de microorganismos de forma controlada. Estas placas circulares, fabricadas en material transparente como el vidrio o el plástico, cuentan con una tapa que se ajusta perfectamente para crear un ambiente estéril y proteger las muestras de contaminantes externos. Son ideales para observar el crecimiento de bacterias, hongos y otros microorganismos en un entorno de laboratorio. Las placas Petri se caracterizan por su diseño circular y su tamaño estándar de 90-100 mm de diámetro. Están disponibles en diferentes materiales como vidrio o plástico, lo que permite elegir la opción más adecuada según las necesidades del laboratorio. Además, su tapa ajustable garantiza un sellado hermético para evitar la contaminación de las muestras. Estas placas son estériles y desechables, lo que las hace prácticas y seguras para su uso en entornos de investigación y análisis microbiológico. En cuanto a las variaciones de las placas Petri, es importante mencionar que existen opciones con divisiones para facilitar la separación de muestras, así como placas con diferentes grosores para aplicaciones específicas. También se pueden encontrar placas con tratamiento de superficie para promover la adhesión celular en estudios de cultivo celular. Es importante considerar estas variaciones al elegir las placas Petri más adecuadas para cada experimento o investigación en el laboratorio.