El sulfato de amonio es un fertilizante químico ampliamente utilizado en la agricultura para proporcionar nitrógeno a las plantas. Este compuesto inorgánico de fórmula química (NH4)2SO4 es altamente soluble en agua, lo que facilita su aplicación y absorción por parte de las raíces de las plantas. El sulfato de amonio es una fuente de nitrógeno de liberación rápida, lo que lo convierte en una opción popular para promover un crecimiento vegetal vigoroso y una mayor producción de cultivos. Una de las características más relevantes del sulfato de amonio es su alto contenido de nitrógeno, que generalmente oscila entre el 20% y el 21%. Este nutriente es esencial para el desarrollo de las plantas, ya que juega un papel clave en la formación de proteínas, enzimas y clorofila. Además, el sulfato de amonio tiene un pH ácido, lo que lo convierte en una opción ideal para suelos alcalinos que requieren una corrección de acidez. En cuanto a las especificaciones técnicas, el sulfato de amonio suele presentarse en forma de gránulos blancos o cristales, con una densidad de aproximadamente 1.769 g/cm3. En comparación con otros fertilizantes nitrogenados como la urea o el nitrato de amonio, el sulfato de amonio tiene la ventaja de proporcionar nitrógeno y azufre a las plantas al mismo tiempo. El azufre es otro nutriente esencial para el crecimiento de los cultivos, ya que interviene en la síntesis de proteínas y enzimas. Además, el sulfato de amonio es menos volátil que la urea, lo que significa que es menos probable que se pierda a la atmósfera antes de ser absorbido por las plantas. En resumen, el sulfato de amonio es una opción eficaz y versátil para mejorar la fertilidad del suelo y promover el crecimiento saludable de los cultivos.