El termómetro frontal es un dispositivo de medición de temperatura que se ha vuelto indispensable en el hogar y en entornos profesionales. Este producto permite tomar la temperatura de forma rápida y precisa, sin necesidad de contacto directo con la piel, lo que lo hace ideal para su uso en niños pequeños, personas mayores o en entornos clínicos donde la higiene es fundamental. Una de las características más relevantes del termómetro frontal es su tecnología infrarroja que permite medir la temperatura en cuestión de segundos con solo apuntar hacia la frente. Además, su pantalla digital de fácil lectura muestra la temperatura en grados Celsius o Fahrenheit. Este termómetro suele tener una precisión de +/- 0.2°C y una distancia de medición de entre 3 y 5 centímetros. Algunos modelos también cuentan con alarmas de fiebre y capacidad de almacenar las últimas mediciones. En cuanto a las posibles variaciones de este producto, es importante tener en cuenta que existen termómetros frontales con diferentes funciones adicionales, como la medición de la temperatura ambiente, la medición de la temperatura de objetos o líquidos, e incluso la conectividad con una app móvil para llevar un registro de las mediciones. También hay opciones con diferentes diseños ergonómicos, pantallas retroiluminadas para facilitar su uso en la oscuridad y diferentes modos de medición para adaptarse a las necesidades específicas de cada usuario.