El vaso precipitado es un instrumento de laboratorio esencial para la medición de líquidos de forma precisa. Fabricado con vidrio resistente, este vaso cuenta con una forma cónica que facilita la observación de los cambios en el volumen de líquido con gran exactitud. Su base ancha y su borde vertedor permiten verter y manipular los líquidos de manera segura y sin derrames. Este vaso precipitado tiene una capacidad de 250 ml, ideal para realizar mediciones de volúmenes medianos de líquidos. Su graduación en mililitros permite una lectura precisa de las cantidades, lo que lo convierte en una herramienta imprescindible en laboratorios de química, biología y farmacia. Además, su material de vidrio resistente a la corrosión y a altas temperaturas garantiza su durabilidad y fiabilidad en el uso diario. Para aquellos que buscan opciones adicionales, existen vasos precipitados de diferentes capacidades, desde 50 ml hasta 1000 ml, para adaptarse a las necesidades específicas de cada laboratorio. También se pueden encontrar vasos precipitados de plástico para situaciones donde se requiera un material más ligero y menos frágil. Independientemente de la variante elegida, el vaso precipitado sigue siendo una herramienta fundamental para la medición precisa de líquidos en entornos científicos y educativos.